sábado, 11 de abril de 2020

Dos revelaciones hasta ahora


Empecé a escribir hace mucho tiempo, pero nunca lo hago de manera dedicada. Siempre me distraigo o prefiero hacer algo más. El hecho es que soy una procrastinadora de lo mejor, pues no sólo dejo para lo más tarde posible lo que tengo que hacer, sino, dejo para más tarde muchas cosas de mi vida. El tema es que ahora siento que de verdad me estoy quedando tarde, no comparada a alguien, o puede que sí, pero tarde en la medida que no tengo muchas cosas claras en la vida de lo que quiero o tal vez la fortaleza para aceptarlo abiertamente.

Después de la ruptura más importante que hasta ahora he vivido, me he quedado perdida en un mar que desconozco. Empecé a recorrer un camino que se supone que debo recorrer. Se supone que se acaba la historia y empiezas una nueva donde pasas por las etapas de duelo y así superas y sigues con tu vida y conoces a alguien más o te arrepientes la vida eterna de dejar a alguien y ya. Eso pasa. Eso estaba en mi cabeza y por eso empecé a recorrer el camino del duelo, pero me enfrenté a algo que no sabía. Que estoy rotundamente perdida en la vida. Esa es la aceptación de la que debo partir, sí, me dejaron, ya, todo bien dijo el Pibe. Pero la realidad es que estoy totalmente perdida, no sé a donde va mi vida. Siento que siempre he sido el extra en la película en mi vida. Todo lo que me ha pasado siento que nunca ha sido decisión mía.

No quiero que se confundan. No he tenido una mala vida, en realidad he tenido una buena vida. Soy profesional con master, vivo sola, me pagan relativamente bien por el trabajo que hago, tengo ahorros, un carro, estudie en la mejor universidad del país, siempre he tenido trabajo o por lo menos la promesa de tenerlo y no quedar desempleada más de un mes. De verdad, he tenido muy buena vida, pero nunca he sido la protagonista. Soy como la extra a la que todo le pasa relativamente bien para que pueda seguir existiendo en la historia y no opaque el camino del héroe por el que transita el protagonista.

Si me preguntan que me gusta, no sé, si quiero casarme, no sé, si quiero estudiar algo más, no sé, si quiero seguir trabajando en lo que hago, no sé, si quisiera cambiar de trabajo por cuál, no sé. Maldita sea, estoy llena de no sé y tengo una carrera, profesional, casa y carro y todo esto sucedió en piloto automático. Un día salí del colegio cerré los ojos y ahora que los abro tengo 30 años y estoy rotundamente perdida en la vida.

Ahora que sé eso, por lo menos ya tengo de donde empezar. Como me dijo mi terapeuta, se me acabo la escalera y ahora con todo lo que recogí en el camino tengo pensar que hacer. Ahora comienza lo más difícil. Y tengo miedo de nunca lograrlo porque estoy tan acostumbrada a procrastinar y que la vida me pasé así sin mucho esfuerzo que ahora ya me toca esforzarme y no sé como hacerlo. Otra vez el no sé, pero aquí la segunda revelación: ya no puedo seguir posponiendo. Tengo que saber.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Lo lamento, hoy no fue uno de mis mejores días

A veces no tengo buenos días o por lo menos los defino como no buenos días. Por eso estoy haciendo un balance esperando darme cuenta al fin ...